La zarzuela
La zarzuela nació en el siglo XVII en el pabellón de caza del Palacio de la Zarzuela en la época de Felipe IV (1605-1665). Gran amante del teatro, éste monarca era aficionado a los espectáculos musicales cargados de efectos; así, gustaba de celebrar representaciones nocturnas, fiestas cortesanas, con música. Las primeras zarzuelas nacieron como un género musical que se situaba entre el teatro, el concierto, el sainete y la tonadilla. Los primeros autores de este género fueron Lope de Vega ("La selva sin amor") y Calderón de la Barca ("El golfo de las sirenas").La zarzuela decayó en el siglo XVIII coincidiendo con el comienzo de la dinastía Borbón, que gustaba del estilo italiano. Felipe V (1683-1746)prefería la música cantada en italiano porque desconocía la lengua española. La zarzuela tuvo que dejar paso a la ópera, representada por compañías italianas que Felipe V trajo a España. La zarzuela imitó a la ópera italiana, aunque no con mucho éxito.Con su sucesor, Fernando VI (1784-1833) aumenta el esplendor de la ópera italiana lo que provoca el hundimiento de la zarzuela. Sin embargo, bajo el reinado de Carlos III (1759-1778) suceden problemas políticos con Italia, lo que crea de nuevo un acercamiento a la zarzuela española con temas costumbristas, cuyo máximo exponente fue el autor Don Ramón de la Cruz("Las segadoras de Vallecas").
Napoleón al ocupar España (1808-1814) intentó imponer la ópera cómica francesa, pero no gustó. Al terminar la guerra, volvió el estilo italiano. A mediados del siglo XIX músicos como Francisco Barbieri ("Pan y Toros"), Fernando Chueca ("La gran vía", "Agua, azucarillos y aguardiente"), Tomás Bretón ("La verbena de la Paloma", "La Dolores") y Emilio Arrieta ("El grumete"), fueron los protagonistas del auge de la zarzuela. Los compositores Hernando, Barbieri, Gaztambide, Oudriz, Inzenga, Salas y otros, fundan la Sociedad Artística, difusora de la zarzuela por toda España. En estos tiempos, las zarzuelas estaban influenciadas por la ópera italiana y la ópera cómica francesa, no tardando en adaptarse al folklore regional y más en particular al folklore local, pasando a estar protagonizada por personajes de la calle que hablan el lenguaje del pueblo. Por ejemplo, en la zarzuela madrileña, tópicos como: la forma castiza de expresarse, situaciones y lugares madrileños, el uso de ritmos musicales como el chotis, la mazurca (aunque ninguno de estos tiene orígen madrileño, el schottisch, es una danza alemana de origen escocés y la mazurca es una danza nacional polaca)...
La crisis económica que vivía el país a finales de siglo, tras la revolución de 1868 que supuso el destronamiento de Isabel II (reinado 1833-1868) y el comienzo del Sexenio Democrático (1868-1874), provocó que las personas no pudieran pagar entradas tan caras para asistir a los espectáculos. Para reducir costes, las zarzuelas se acortaron, creándose zarzuelas de un sólo acto que se denominan de género chico.
En el siglo XX aparecen autores como Pablo Sorozábal ("Katiuska", "La del manojo de rosas"), Federico Moreno Torroba ("Luisa Fernanda") y Jacinto Guerrero ("Los Gavilanes") o Amadeo Vives ("Doña Francisquita", "Bohemios"). Pero el transcurso del siglo va acabando con los autores de este género que va cayendo en el olvido.
A partir de 1970 se reaviva el interés por la zarzuela y surge un afán de conservarla. Ese es el caso, por ejemplo, del Teatro Lírico de Zaragoza. Ayer domingo realizaron de nuevo una actuación en el auditorio de Zaragoza, todavía mejor que la anterior, tanto la orquesta como los cantantes bajo la perfecta batuta de José Félix Tallada Collado, en la que además nos informaron sobre la historia de la zarzuela. Quizás desde el momento en que Ángel Cortés cantó magníficamente la "Canción del Sembrador" el público quedó emocionado y, a partir de ahí, los solistas realizaron actuaciones brillantes como Santiago Arcusa en "La Escena de la Flor" (de la obra "Los Gavilanes") o Ana Anadón en el "Dúo de Adriana y Rosaura" de esa misma obra; así como el propio Ángel.
Os dejo la "canción de El Sembrador" de la obra "La rosa del azafrán" de Jacinto Guerrero, cantada por la joven promesa de la Asociación del Teatro Lírico de Zaragoza, Ángel Cortés.
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