San Jorge y el dragón
El tribuno romano Jorge, oriundo de Capadocia(Turquía), llegó en cierta ocasión a una ciudad llamada Silene, en la provincia de Libia, cerca de la cual había un lago semejante a un mar en el que se ocultaba un pestífero dragón. Éste había puesto en fuga a la población armada contra él e inficionaba a todos con su aliento, acercándose a los muros de la ciudad. Compelidos por esta razón, los habitantes le daban cada día dos ovejas para que calmase su furia, pues de lo contrario se arrojaba sobre los muros de la ciudad e inficionaba el aire por todas partes, de modo que muchos perecían.Pero, cuando ya casi les faltaron las ovejas [...] habiéndolo decidido así, le ofrecían una oveja a la que acompañaba un hombre. Así pues, cuando todos hubieron entregado por sorteo los hijos e hijas de todos [...], le tocó la suerte a la única hija del rey, y fue entregada al dragón.[...]Entonces ella se postró a los pies de su padre, pidiéndole bendición y [...] se dirigió al lago.
San Jorge, que casualmente pasaba por allí, cuando la vio llorar le preguntó qué le pasaba y ella le respondió:"Buen joven, monta deprisa en tu caballo y huye, para no morir a la par que yo". A lo cual respondió San Jorge [...]: "No me apartaré de aquí hasta que no me cuentes qué te pasa". Una vez que ella se lo hubo contado todo, dijo Jorge: "No tengas miedo, porque te ayudaré en nombre de Cristo".[...]
Mientras hablaban así, el dragón, que venía, sacó su cabeza del agua.[...] Entonces Jorge, montando a caballo y haciendo la señal de la cruz, atacó osadamente al dragón que venía contra él y, blandiendo la lanza con fuerza y encomendándose a Dios, lo hirió gravemente y lo arrojó por tierra. Luego dijo a la doncella: "Enlaza tu cíngulo al cuello del dragón, sin temor alguno."
Habiendo hecho esto, aquél la seguía como un perro mansísimo. Cuando lo hubo conducido a la ciudad, la gente, al verlo, se puso a huir por montes y collados.[...]
Entonces San Jorge les hizo una señal diciendo: "No tengáis miedo, para esto me ha enviado el Señor a vosotros, para liberaros de los suplicios del dragón. Por tanto, creed en Cristo y que cada uno de vosotros se bautice y yo mataré al dragón". Entonces, el rey y todo el pueblo se bautizaron. Y San Jorge, desenvainando la espada, mató al dragón. Y el rey construyó en honor de Santa María y de San Jorge una iglesia de admirable belleza.
Giacomo di Varezzo, Legenda aurea, siglo XII.
Fotos: San Jorge y el dragón. Jerónimo Cósida, Zaragoza. San Jorge en Azize Catherine Şapeli, siglo XI (Museo al aire libre, Göreme, Turquía). San Jorge y el dragón, 1553, Jacopo Robusti, Tintoretto.
Etiquetas: leyenda
hola samimi,
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Posted by Unknown | 20:04
Hola Miguel,
gracias por tu comentario. Claro que te agregaré en enlaces de interés :).
Nos podrías contar cómo es vivir en Estambul. Un saludo.
Posted by samimi | 01:04
Por cierto, muy chulas las fotos :)!
Posted by samimi | 01:13